viernes, 11 de enero de 2019

Los cojones del mosquito

Tal vez el mosquito sea uno de los bichos más odiados sobre la faz de este curioso planeta.
En general, la idea de parásito, nos repugna en algo a todos.
Y, sin darnos cuenta, con ese juicio, estamos elevando a mejor categoría, ¿a qué seres?

¿Son mejores acaso las plantas que parasitan el sustrato y compiten ávidamente entre ellas hasta formar masas inescrutables?
O los por algunos glorificados depredadores que no se bastan con una parte de la sangre sino que la derraman toda e ingieren la carne, sí. ¿Es eso acso más noble elegante?
Pues no sé, por lo general los depredadores suelen atacar a presas más pequeñas en solitario o juntarse varios para obtener una más grande ellos. Ahí, muchos contra uno.

¿Y el mosquito? Pues dejadme que os diga que el mosquito es tal vez uno de los bichos con más cojones de toda la naturaleza.
Y eso que sólo pican las mosquitas, por lo que dicen.
¿Pero cuántos se juegan el tipo con presas miles de veces mayores que uno, eh?

Y son audaces sí, no les basta con picar una vez y huir atemorizados, no, no, tientan al destino, desafían al peligro para obtener unas míseras gotas del mágico maná que les procura la vida, sin que a sus víctimas les suponga más que una molestia menor.
A veces incluso avisan con su trompetero vuelo, y el que avisa no es traidor. Todo lo contrario que los glorificados felinos, agazapados tras la maleza.


Quizás fuera razonable que tomáramos más ejemplo del mosquito y no de tigres, leones, hienas o buitres.
Pero claro, el mosquito transmite enfermedades, aunque dudo que sea un acto voluntario y consciente, y es muy molesto, el cabrón.
Pero más pica una abeja o una avispa y ni siquiera lo hace para procurarse alimento.
Igual lo que jode de un mosquito es que te deprede parcialmente una criatura tan insignificante, pero precisamente ahí es donde se halla su gloria. Para cojones, los del mosquito. Y además vuelan, los cabrones. Si al final va a ser envidia...

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